Dentro de la escuela de pensamiento de Gurdjieff, se plantea que el ser humano experimenta la vida a través de tres maneras:
• El centro del pensar
• El centro del sentir
• El centro del actuar
Asimismo plantea que por diversas razones, nos hemos inclinado a vivir la vida privilegiando uno de estos medios sobre los otros dos, de tal modo que vivimos de una manera fragmentada y desde un ángulo específico solamente, cuando en realidad deberíamos de estar interactuando con los tres centros simultáneamente.
“El Trabajo”, como es conocida la escuela de Gurdjieff, nos propone entonces que debemos entrar en un estado de auto-observación en el tiempo presente, de lo que son nuestras emociones, nuestras acciones/sensaciones y nuestros pensamientos, procurando así vivir en lo que se conoce como un estado de atención constante; igualmente importante es de que en ese estado nos percatemos de todo lo que acontece en nuestro alrededor porque es ahí donde la vida realmente transcurre.
Para poder ilustrar este concepto, nos pareció interesante usar como una metáfora el Triple Concierto de Beethoven pues particularmente en esta obra, se presenta la interacción dinámica de tres instrumentos solistas dialogando en un poema musical con una orquesta sinfónica; un violonchelo, un violín y un piano; de esta manera podemos hacer analogías de cada uno de estos instrumentos con cada uno de los centros vitales del ser humano; el violonchelo se identifica con el mundo de nuestras sensaciones corporales, el violín encarna nuestras emociones y finalmente el piano representa el cúmulo de pensamientos que constantemente están discurriendo en nuestra mente. Adicionalmente, la orquesta representa nuestro entorno y nuestra vida en general, con todos los acontecimientos, eventos y circunstancias que se nos presentan día con día.
Si lo escuchamos con atención, podremos descubrir la conversación e intercambio de emociones, sensaciones y acaso también de ideas que se lleva a cabo constantemente entre los tres instrumentos solistas conjuntamente con la orquesta; de esa manera, podemos representar lo que idealmente debería de ser nuestra vida, es decir, una interacción armónica de los tres centros con nuestro alrededor en cada momento, en todo lugar.
Podemos apreciar también, la pasión que emana de cada instrumento y podemos darnos cuenta de la fuerza de la orquesta fundiéndose con los instrumentos solistas. La energía con la que se interpreta esta obra musical nos propone que vivamos cada día de nuestra vida con esa misma entrega y pasión. Es vivir en excelencia, es decir, vivir en plenitud total.
Esta es entonces para nosotros una representación gráfica del poema de la vida por medio de un poema musical. Es una propuesta de la consciencia sobre todos los acontecimientos de nuestra vida, tanto lo que sucede en nuestro interior, como lo que también sucede en nuestro exterior.
Y seguramente llegará un día en el que descubramos que todo lo que hemos presenciado a través de nuestros sentidos no es otra cosa más que la aventura de nuestra conciencia en un viaje portentoso hacia el recuerdo de nuestra real y verdadera esencia, el “recuerdo de sí” (como lo llamaba Gurdjieff) y ese día seamos capaces de declarar con toda certeza: YO SOY.