Amanecía… y otro nuevo día empezaba en la gran ciudad…

Todavía se podían ver algunas luces, esparcidas aquí y allá, que me recordaban la noche recién concluida. Pensaba que la ciudad nunca duerme, porque en la noche y vista desde lejos, se asemeja a una gran isla de luz inserta en un océano de oscuridad… y curioso, de día, cuando se debía apreciar mejor, se perdía en una gran nube de polvo y humo; era como si de pronto los papeles se hubieran invertido.

Amanecía… y mi reloj de alarma empezó a sonar, recordándome que era hora de levantarme; de empezar mi rutina y por un momento pensé en todos los relojes de la ciudad; ¿cómo sería si estuvieran todos juntos en el momento que sonaran sus alarmas?
En ocasiones, podía comparar su sonido suave pero convincente, discreto pero penetrante, al de una alarma antiaérea que me avisara de algún peligro inminente… y la única alternativa era protegerme dentro del refugio de varias cobijas que me inspiraban quietud y oscuridad.

Amanecía… En alguna parte de mi mente todavía resonaban borrosos recuerdos de la noche y en un mundo de ensoñación yo luchaba por mantenerlos frescos; si, en ocasiones mi despertar era como llegar de visita a mi cuerpo y abrir los ojos en un mundo extraño, sabiendo de antemano que provenía de mi verdadero hogar
Me podía imaginar cómo la gente salía de sus casas a toda prisa, presas del implacable tiempo y en sus coches se integraban al gran torrente de las avenidas, perdiendo con ello su individualidad; tiempos largos consumían para llegar a sus destinos, tiempos en los que la mente volaba y se perdía en mundos de fantasía
El reloj seguía sonando pero silencioso ya, como si dijera: “ yo cumplí con avisarte, ahora tan sólo te recuerdo que el tiempo sigue pasando… “ y en verdad no sabía cómo considerar el pequeño monstruo… Como mi amigo o mi enemigo!

Amanecía… y un nuevo día comenzaba, lleno de sorpresas y de esperanzas; una nueva oportunidad para algunos y para otros tan sólo la continuación de una vieja y añejada angustia.
Los relojes sonaban y los radios y televisores nos actualizaban de lo sucedido el día anterior en el mundo y ahí yo podía ver que en todos lados era igual: prisas, aviones, barcos, relojes… coches y más coches… Vivíamos en un mundo de máquinas y tal vez éramos ya, una más de ellas…

¿Será igual para todos? -me pregunté

No, supongo que existen diferencias…

Unos duermen en la noche y se despiertan en el día mientras que otros duermen todo el tiempo sin despertar nunca; otros no duermen, tal vez porque simplemente no tienen donde dormir y entre todos ellos, ¿dónde me encontraba yo?

Amanecía… y el reloj seguía sonando… Y yo pensaba: “algún día podré deshacerme del reloj
y bueno, si es que el tiempo no existe, por qué entonces el pequeño monstruo es tan esclavizante? Algún día… Algún día…
Mientras tanto, que puedo hacer por mantener mi mundo de ensoñación y fantasía? Que puedo hacer para mantenerme despierto de día y dormido de noche?
Me había dado el espacio, en el día que comenzaba, para reflexionar irresponsablemente sobre todo esto y había vencido al tiempo; le había robado un tiempo no programado al día

A la vez que me sentía victorioso por haber probado mi propia libertad, me sentía culpable también porque, como máquina que era ante la ciudad, me había retrasado dentro del gran engranaje al que pertenecía…AAGGHH!
El reloj seguía su curso y la alarma había cesado; el peligro de bombardeo había pasado y cuidadosamente asome la nariz de por debajo de las cobijas

Si -pensé, …prudencia ante todo

La rutina comenzaba para mí también y en breve sería un coche más en el torrente implacable de las avenidas, soñando con ese mundo mejor; el de mis fantasías, mis aspiraciones y mi futuro: aire fresco, grandes espacios, sonido de cascadas, de ríos, del viento y las montañas, él insondable mar…
Y era curioso pensar que tal vez, todos hemos vivido buscando ese mundo pero tal vez, sólo tal vez, hemos buscado tan afanosamente ese mundo que nos hemos perdido así, en el que hoy estamos…

“ Hoy será un día distinto para mí “ -me dije

Porque estaba dispuesto a hacer algo por recuperar ese mundo que tanto deseaba; puede que tan sólo le robe otro momento al monstruo de las manecillas para escaparme a mi mundo de fantasía y algún día, regresaré a él, para no salir jamás
Finalmente pude asomar toda la cabeza fuera de las cobijas, cuando decidí que el peligro había pasado y me convenció por completo el aroma cálido y sabroso que provenía de la cocina…

… El desayuno estaba listo

Después de todo, pensé no era una alarma antiaérea, sino un aviso de que hoy es el día en que voy a regresar a mi mundo de fantasía y lo voy a hacer realidad

Amanecía, y un nuevo día empezaba… Para mí