Ciencia2020-02-20T18:31:50-06:00

Ciencia

Está en la curiosidad humana responder a preguntas centrales como el qué, el cómo, el para qué y el por qué; nos parece que es una necesidad primaria del ser humano poder conocer y comprender a la naturaleza y al universo. Ésta ha sido la búsqueda de la ciencia desde el principio de los tiempos. Ofrecemos esta sección también como un espacio de reflexión y análisis que enriquezca las otras dos y que nos ofrezca las claridades necesarias para enriquecer y profundizar nuestra mirada.

No es necesario que seamos científicos reconocidos a nivel académico para comprender e interesarnos sobre los grandes misterios del universo; es suficiente con que abramos nuestra mente curiosa y anhelante de respuestas, para poder incursionar en temas que nos van ayudar a vivir mejor.

La palabra ciencia proviene de “scientia“ que significa conocimiento; es decir, lo que buscamos es conocer, saber, aprender y tener por consiguiente, una relación más eficiente con nuestra naturaleza, con el entorno y darle respuestas a preguntas  ancestrales que tenemos sobre el universo.

Hoy en día, las ciencias universitarias han evolucionado al punto que ya no nos queda claro donde termina una y donde comienza la otra; algunos pensadores consideran que la única ciencia digna de reconocerse como tal es la matemática, mientras que otros le dan un sentido claro a los grandes beneficios que arroja la biología, la química o la física y finalmente encontramos aquellos que voltean su mirada hacia el cielo y llegan a concluir a través de la astronomía que las grandes respuestas de la vida se encuentran en las estrellas.

Pero también es interesante observar cómo la ciencia actual en muchas de sus ramas está dando una vuelta en su mirada hacia la filosofía y hacia el misticismo. Es interesante saber que a  principios del siglo XX,  se congregaron en Europa, las mentes científicas más brillantes de aquel entonces y en sus reflexiones, algunos llegaron a comentar que si se profundiza en el estudio de cualquiera de las ciencias, llegaremos al punto en el que irremisiblemente vamos a  sucumbir al misticismo.

“ Dios no juega a los dados… “

alguna vez comentó Albert Einstein, refiriéndose tal vez justamente a esa fusión.  El concepto de un Dios omnipotente y por otro lado, la reflexión de que en este universo nada es casualidad.

En otra ocasión, esta misma mente brillante dijo:

“ lo más incomprensible del universo, es de que es perfectamente comprensible… “

Ahí pues lo tenemos, como hoy en día en los albores del siglo XXI, podemos atestiguar gratamente el reencuentro amable y poderoso entre la ciencia y la filosofía.

Hoy más que nunca es importante enriquecer nuestra conciencia con todo lo que está aconteciendo en nuestro planeta: miles de especies están en peligro de extinción, el calentamiento global ya no es una moda, sino es una lamentable y preocupante realidad; hemos encontrado ya planetas en otras regiones del universo cercano donde se puede especular sobre la existencia de vida y en fin podemos seguir abriendo espacios de reflexión desde el enfoque científico, pero al final de cuentas, vamos a sucumbir en que toda la ciencia una vez más apunta hacia nosotros y  hacia nuestro interior y de esa manera es pertinente replantearnos el sentido de nuestra vida:

“ conócete a ti mismo y conocerás el universo “

Una poderosa cita que resume a cabalidad el pensamiento y la propuesta de este proyecto.

La Ciencia al servicio de la Consciencia

Desde los albores de la humanidad y tal vez en la primera ocasión que un ser humano fijo su mirada en las estrellas con el intento de alcanzarlas, nació la ciencia. Ciencia es un termino que se deriva de scientia (conocimiento). Conocimiento basado en la experiencia y en la observación.

Hemos nacido y vivido en el paradigma del materialismo, de la dualidad y el empirismo y le hemos conferido el titulo de realidad a todo aquello que experimentamos a través de nuestros sentidos. Coincidimos parcialmente en esta afirmación, pues aunque no podemos ni queremos soslayar la experiencia y el aprendizaje que adquirimos del entorno como parte de nuestra vida, afirmamos que es sólo una parte de nuestra experiencia vivencial.

La ciencia ha estado al servicio de la humanidad en la medida que satisface la búsqueda curiosa del intelecto y a la vez que procura crear satisfactores a las necesidades del individuo. No obstante, nos parece que eventualmente habremos de llegar a un callejón sin salida en este sentido, pues el empirismo, que es la base del método científico, se basa en la observación y estudio de un mundo cuyos fenómenos y eventos son efecto de algo mas y no necesariamente causa.

Si algo esta “científicamente comprobado”, le damos la connotación de verdadero. El aval de “científico” le da poder a la idea. (pero es tan sólo una creencia, un paradigma) En el siglo XIX una realidad científica era que ningún objeto mas pesado que el aire podía volar. Los hermanos Wright dinamitaron esa “ciencia” …

Después de pasar siglos honrando las leyes de la física clásica de Newton, Einstein derribó este edificio intelectual al proponer su teoría de la relatividad. Nuestro mundo actual y el fundamento de la tecnología contemporánea está basado en el modelo newtoniano, pero la mecánica cuántica nos ha abierto una novedosa línea de pensamiento que replantea la naturaleza del Universo y a partir de ahí se ha venido como un tsunami, una nueva forma de observar el mundo.

Existen ya a nivel académico estudios formales y metodológicos sobre fenómenos que antes caían por completo en el ámbito del esoterismo y eran calificados como pseudo ciencias. En pleno siglo XXI, ya hay una búsqueda formal en diferentes partes del mundo, para disolver el divorcio entre ciencia formal y mística. Podemos citar a modo de ejemplo, el Instituto de Ciencias Noéticas (por sus siglas en inglés: IONS) que hoy día, desarrollan un trabajo intenso al respecto.

No obstante, nos parece que aún existe una lucha feroz de los científicos clásicos que se oponen a dichas propuestas y se esfuerzan por preservar un paradigma anacrónico que en muchos sentidos nos ha llevado al borde de la crisis ecológica que hoy vivimos, por mencionar tan sólo alguna de sus consecuencias.

En sana justicia, hemos de reconocer que la ciencia clásica ha acarreado a lo largo de la historia, un sinnúmero de beneficios sociales y ha enriquecido el entendimiento que hoy tenemos de la naturaleza y el universo. Pero es tiempo que reconozcamos las limitaciones del modelo empírico, suponiendo que ahí hemos de encontrar las respuestas a nuestras preguntas trascendentales.

La Psicología, la Neurofisiología y la Astrofísica modernas están ya experimentando “traslapes” en sus líneas de investigación, y escuelas filosóficas están resonando con esos encuentros científicos. (ej. el campo cuántico planteado por la física es lo que el hinduismo llama Brahma desde hace siglos atrás)

La mecánica cuántica revoluciona nuestra mirada del universo y la capacidad creativa del ser humano y consideramos que estamos apenas en los inicios de esta búsqueda. Ya en el siglo pasado el físico David Bohm abrió sus conversaciones con el neurofisiólogo Karl Pribram para sugerir la naturaleza holográfica del cerebro humano en íntima relación con el cosmos a la vez que entablaba un brillante intercambio con el gran místico Krishnamurti.

De esa fusión, nos abrimos a una mirada ontológica diferente y podemos ver cosas que antes nos estaban ocultas. Se dice que cuando los conquistadores españoles llegaron a América y anclaron sus galeones en las costas, los indígenas simplemente no los vieron, pues en su experiencia neurológica y psicológica, no existía tal cosa como un galeón. Debemos de prestar atención a la “miopía neurológica”; No vemos lo que no conocemos…

El descubrimiento de la capacidad de creación de nuevas redes neuronales en el cerebro a través de la experiencia de estados mentales y emocionales, (Neuroplasticidad), ha dado grandes esperanzas en este sentido. Abundando en este punto, recientes investigaciones han dado a conocer el impacto neurológico de la oración y la meditación en la plasticidad biológica en el ser humano.

Dentro de todo esto, se abre de par en par la gran posibilidad que dejemos de buscar nuestras respuestas en el mundo exterior; nuestro sentido de plenitud, realización y finalmente, de felicidad están en otro lado y lo que antes considerábamos meramente como una sospecha, ahora cobra más y más sentido. La ciencia apunta a la consciencia.

Abramos pues nuestra mirada para adquirir una percepción más amplia de eso que llamamos “realidad”.

Title

Go to Top